4 de mayo de 2008

Dejarse Caer

Estoy como siempre en mi oficina revolviendo entre mis papeles desesperadamente buscando algo. No se con exactitud qué es lo que estoy buscando, pero siento la desesperación que me indica que es algo más que urgente. En mi cabeza comienzo a escuchar las voces molestas de mi jefe que retumban en mis oídos como zumbido de mosca. No entiendo claramente qué es lo que está diciendo pero sí se escucha su tono de voz molesto y sobretodo irritado. ¿Qué estoy buscando? ¿Cuál es mi apuro? ¿Qué quiere mi jefe y por qué está de tan mal humor? Freno un minuto y me pongo a pensar más tranquilo. Comprendo que entre todos los papeles que están pasando entre mis manos no está mi respuesta. Que puedo seguir buscando por horas y seguir perdiendo mi tiempo y seguiría sin encontrar nada. Desesperado, desahuciado, sigo pensando. Las voces en mi cabeza lentamente se están yendo y me comienza a invadir el silencio más aterrador que jamás presencié en mi vida. De pronto noto que a mí alrededor no hay más nada. Solo me rodea un panorama oscuro, negro, vacío, solitario y mi cuerpo cae sin un destino final por él. Caigo al abismo, caigo a la nada, caigo sin parar.

No hay comentarios: