24 de junio de 2008

Camino a la luz

El cielo lentamente se convierte en una imagen borrosa difícil de distinguir. El suave celeste se está convirtiendo en un blanco intenso que lastima mis ojos, me paro y quiero caminar hacia él. Hay un camino largo, y la luz en el fondo llamándome. Mi curiosidad es muy grande. Estiro un brazo e intento alcanzarla, pero no llego. No desisto, sé que tengo que caminar. Escucho un ruido muy violento, seguido a otros agudos insoportables que me tiran al piso nuevamente. Ante mis ojos, una vez más un panorama completamente blanco. Quiero pararme, pero una fuerza extraña me tira para atrás y no me deja mover. Quiero buscar la luz, quiero saber que hay al final del camino, pero mi cuerpo pesa más que las fuerzas que pueda hacer, y no hay forma de moverlo. Mi cuerpo no responde, no funciona, no hace caso a mis pensamientos. Cierro los ojos para hacer más fuerzas y al abrirlos me quedo perpleja en asombro. Sobre mi rostro, veo más blanco, pero ya no es puro ni llamativo, ahora es simplemente un techo sólido y sucio. A mi alrededor, médicos, incontables médicos y enfermeras sosteniendo instrumentos de todo tipo. Se acercan a mí con sus cuchillos, y sin anestesia alguna me lo incrustan en la piel, como si fuera un cacho de carne en el medio de una mesa familiar. Les grito desesperada, pidiendo algún calmante, les trato de hablar, pero parecen no escucharme. Quiero golpearlos, alejar sus instrumentos, llamar su atención, pero no hay caso. Solo mis pensamientos acompañan a mi dolor, y no hay nadie quien me entienda. No me oyen ni responden a mis plegarias. Sus batas lentamente se van ensuciando con más y más sangre, y ante mis ojos, no son más que carniceros violentos, listos para rebanar lo que ven ante sus ojos. Siento temor y muchísimo dolor. Escucho sus voces, y oigo sus palabras. Dicen que no hay esperanzas, que ya estoy muerta. Cierro los ojos una vez más, para controlar mi dolor. Mágicamente ya no siento más nada, abro los ojos y veo nuevamente una luz brillante. Feliz, camino hacia ella.