27 de junio de 2008

Irreconocible


Está en una calle solitaria y oscura y de lejos ve una sombra acercarse a él. Es la silueta de una mujer que cada vez se hace más reconocible ante sus ojos. Ya está a solo unos pasos y él la reconoce. Parece ser Jazmín, una vecina de la cual había estado enamorado desde que ella se mudó al vecindario a su corta edad de siete, pero que misteriosamente, luego de once años, desapareció con su familia sin previo aviso ni explicación. Finalmente se encuentra a su lado y lo mira dulcemente. Él se da cuenta que no es ella. Tiene su mismo aspecto, el cuerpo es exactamente el mismo y sus rasgos son exactos. Se mueve con el mismo estilo que antes y sus modismos son idénticos. Sin embargo, él sabe que esta hermosa mujer que se encuentra a su lado, no es Jazmín, no es ella. Hay algo extraño que le indica y le asegura que esta mujer es otra persona. Sin embargo él actúa con naturalidad y la trata como si ya la conociera de antes. De pronto la calle se convierte en un paisaje pintoresco, lleno de árboles y plantas, y cada una repleta de flores coloridas. Parecería un cuadro irrealista acerca de la primavera, ya que todo es demasiado perfecto. Conversan en el camino, y ambos sienten una conexión extraña que los une a pesar de que no se conozcan. Él la mira de reojo mientras camina y hablan, y no entiende como alguien puede ser y no ser al mismo tiempo. Sin importarle, le toma la mano y camina junto a ella.